lunes, 9 de junio de 2014

Relectura: Spider-Man de McFarlane y Erik Larsen.


Allá por los años noventa el revienta ventas y dibujante espectáculo Todd McFarlane conseguía poner a los editores de Marvel a sus pies y le concedían su propia serie del trepamuros al margen de la principal, donde el dibujante/"guionista" tendría total libertad a la hora de llevar al personaje por oscuros y poco transitados caminos.

A pesar de que en principio los arcos argumentales se compondrían de 5 números, pocos fueron los que cumplieron esa máxima. No obstante el dinero entraba a raudales en Marvel, que era lo que importaba en principio. Luego McFarlane dejó la empresa, Larsen continuó el tabajo de su amigo y finalmente se canceló la serie.


En aquellos años servidor era joven y flipaba con McFarlane, como tantos otros en la época. Y esta nueva colección me parecía lo más, con un Spider-Man espectacular en situaciones nada comunes en su haber. No obstante los años no pasan en balde y ni siquiera el buen recuerdo o la añoranza han salvado a esta colección de una mirada adulta y crítica. En líneas generales no hay por dónde coger esta etapa, algo que ya me advirtió mi buen amigo Daniel. Solemos coincidir en el 90% en gustos, pero esperaba de verdad que en esta ocasión se equivocase y mis impresiones no cambiasen. Ya le estoy escuchando decirme: ¡te lo dije!

La etapa ha sido recuperada por Panini en cómodos tomos de tapa dura que, de momento, no adolecen de la separación de hojas del lomo que sufrían en sus ediciones originales españolas de Forum.

Pues nada, al lío, pero antes remarcar que habrán spoilers sobre las tramas, así que si aún hay alguien que no los haya leído y quiera hacerlo, (ole sus huevos, puntualizo), pues que no siga leyendo.

El primer tomo recoge el arco argumental de "Tormento", que es el que menos me ha decepcionado con el paso de estos años y que leí más o menos con las mismas sensaciones que la primera vez. Una serie de asesinatos en la ciudad por parte de un Lagarto sin rastro de humanidad ni habla, al son de unos tambores, (cargantes eso sí), que lo impulsan a buscar a Spider-Man con un ansia asesina. La mano tras estos actos tiene relación con un antigüo enemigo del trepamuros, aunque por su indumentaria tampoco es que fuera mucha sorpresa en su momento.

Como digo, el mejor de los que he releído. Y es que mola ver a Spider-Man en posturas espectaculares, soltando esa enredada telaraña y con el traje reventado enfrentándose a una fuerza salvaje. Aunque la historia en sí no sea para tirar cohetes, algo que irá haciéndose más notable en los siguientes arcos argumentales de McFarlane, que dibujar sí, (para quien le guste, claro, que su estilo es más inhumano que humano), pero lo de escribir... uf.

El segundo tomo ya recoge el primer arco que no cumplirá con los cinco números de rigor y se quedará en dos, "Máscaras". Y otro que vuelve a cumplir la norma, pero bien podría haberse quedado en dos, o en uno o ya puestos en ninguno. Hablo de "Percepciones".

En Máscaras Spidey y Motorista Fantasma siguen la pista de El Duende, poseído por un demonio tras la saga "Inferno", que en su distorsionada visión de los que son pecadores asesina a un grupo de gente y acoge a un niño porque es "puro". Una historia sin chicha con mucho espectáculo visual, peleas y arreando que es gerundio.

En Percepciones Peter Parker es enviado por el Bugle a Canadá a cubrir una noticia sobre un "Big Foot" que resulta ser el legendario Wendigo, que supuestamente ha estado asesinando y comiendo niños. Lobezno también aparece por allí, deteniendo a los exaltados lugareños que están matando a todo lo que se mueve en el bosque a la espera de que alguno de esos animales resulte ser el malvado ser que come niños. Sinceramente, 5 números insufribles de pesquisas, un Spider-Man que no se puede dejar ver por si alguien suma dos y dos, un Lobezno siendo Lobezno pero sin molar tanto, (con cambio de vestuario de por medio), paletos con armas de fuego, un animal que no es lo que parece y una periodista gilipollas que se cabrea con Peter por intentar ayudarla con su artículo. Aquí peleas más bien pocas, así que difícilmente el guión puede sostenerse por sí solo. El arco más coñazo de la colección, sin duda.

Para el tercer tomo se nos presentan "Submundo", "El Factor Mutante", "Sabotaje" y "¡De aquí no sale nadie vivo!". Como es lógico aquí ya no hay ni un sólo arco que llegue a 5 números y tendremos las primeras incursiones del dibujante Erik Larsen an la colección antes de hacerce cargo por completo tras la estampida de McFarlane.

Submundo recoge la historia de unos sin techo que desaparecen de los callejones de la ciudad, algo que por supuesto sólo llamará la atención de Peter para investigarlo, ya que Jameson está ocupado mesándose el bigote y no le parece relevante. Una vez encuentra al que se está llevando a otro desgraciado de la calle lo sigue hasta una alcantarilla, pero se encuentra con que debe salir rápidamente porque hay más personas ahí abajo que intentan atraparlo en la oscuridad. Entonces su conclusión "lógica" es que debe ponerse el traje negro para pasar desapercibido en las cloacas, algo con lo que MJ no parece poder y surge una discusión estúpida, (algo que no he mentado pero que ocurre mucho en estos arcos, o discusiones, o conversaciones insulsas entre los dos). En fin, que al final se sale con la suya y se lo pone, total para que luego lo vean igualmente porque digo yo que ese blanco sobre negro canta un huevo en la oscuridad, (pero que nos importa poco porque MOLA siempre ver de nuevo a Spidey con su traje negro, porque el traje MOLA un huevo y punto). Total, que acaba descubriendo que Morbius anda por ahí debajo y manda a los habitantes de ese submundo a buscarle "gente mala" para alimentarse. Y claro, esos pobres desdichados consideran malos a todos los de la superficie, así que al final Morbius se da cuenta que ha comido inocentes, se pone llorón y se larga volando. Antes de eso hubo pelea de rigor, ya se sabe, lo normal después de tiempo sin verse.


El Factor Mutante es el primer trabajo de Larsen al dibujo y guión, donde nos presenta una pequeña historia en torno a una conversación entre Peter y MJ sobre si deberían tener hijos. Peter se va en busca de Bestia para consultarle sobre los riesgos de tener un hijo mutante y casualmente acaban luchando con un monstruo que al final resulta ser un bebé mutante que no puede controlar su poder. Vamos, historia de relleno con su moraleja sobre lo mucho que se querrá a un hijo sea este como sea. A pesar de tener su fondo, aburre.


Con Sabotaje llega el último trabajo de McFarlane antes de su marcha, un trabajo que no acaba él dejándole a Rob Liefeld ese cometido. Un cruce entre el trepamuros y Fuerza X, enfrentados a Juggernaut y  con una explosión de una de las Torres Gemelas, (la realidad acabará por superar ésta o cualquier ficción creada previamente sobre estos emblemáticos edificios). En resumen, muchos personajes en un mismo plano, peleas, chistes arácnidos y poco más.

¡De aquí no sale nadie vivo! es una pequeña historia de Ann Nocenti y Rick Leonardi, (que acabó dibujando en su día Spider-Man 2099). En mi opinión ésta le da mil vueltas a todas las demás del tomo, sencilla y curiosa donde las haya. Peter fallece tras intentar salvar a una mujer y su hija. En el otro lado se encuentra con Thanos, el cual tras su muerte está al servicio y enamorado de "La Muerte", una dama con esquelético rostro. Aceptando con serenidad su destino, el trepamuros se indigna cuando ve que la niña que intentó salvar está allí con él y arremete contra Thanos para que la devuelva al mundo de los vivos. Su entrega por la niña conmoverá a la misma Muerte, que no sólo revive a la niña, sino al propio Spidey.

Llegados al cuarto tomo con Erik Larsen como dueño y señor ya de la colección, nos encontramos con "La Venganza de los Seis Siniestros" y "Diabolique".

La Venganza de los Seis Siniestros me ha parecido una excusa para alargar el regreso que ya tuvieron en amazing. Y me lo parece porque la historia no hay por donde cogerla. El plan de Octopus es ridículo a más no poder, repiten lo de dejar al Hombre de Arena cristalizado, aparecen tropecientos personajes así, sin ton ni son. Y ya lo de Octopus pegándole una paliza a Hulk con sus brazos de adamantium es que anuló totalmente mi capacidad para creerme todo aquello.

La historia en sí no es más que una excusa para ver a personajes que normalmente no vemos juntos, (sobre todo en el bando de los buenos), dándose de mamporros hasta cansarse. Al margen de eso, se queda en algo para disfrutar sólo del apartado visual.


Diabolique cierra el tomo con una historia sosilla sobre un museo y un enemigo ajeno a Spidey. Ya se me ha borrado de la memoria, así que no sé que puedo decir sobre ella aparte de que no me gustaron mucho ni el dibujo ni la trama.

En definitiva, las historias en solitario de McFarlane y Larsen sobre el trepamuros mejor las hubiese dejado en el cariñoso recuerdo de la juventud, porque ha sido especialmente decepcionante volver a leerlas y observar como desaparecía toda la magia que nunca tuvieron, pero uno sabía verle.

LO DESTACABLE:

En líneas generales los espectaculares dibujos, la aparición de tantos personajes, Tormento y ¡De aquí no sale nadie vivo!. Y por supuesto MJ en lencería o luciendo modelitos ceñidos de generosos escotes.

LO DECEPCIONANTE:

Todo lo demás. Historias flojísimas, pesadas y aburridas. MJ y Peter cada vez que comparten viñeta.

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